jueves, 27 de noviembre de 2014

Rupturas de Pareja: Negación


Últimamente en consulta he podido notar cómo aumenta el número de personas que acuden debido a una ruptura de pareja.

 Y si algo coincide en todas ellas es que niegan la aceptación de que sus parejas las han dejado de querer. Necesitan sentir un motivo de peso mayor ya que ese nos les vale y se mantienen en la negación de la ruptura.

Es curioso cómo le cuesta al cerebro aceptar que no se quiere algo simplemente desde la emoción, y cómo se intenta llevar esto a la razón sin llegar a un entendimiento claro. A veces hay emociones que no tienen razones. Tal y como dice Roberto Aguado “la emoción decide y la razón justifica”. Primero sentimos la emoción y a veces no hay una razonamiento lógico o una estructura verbal que permita poner palabras a lo que estamos sintiendo y simplemente expresamos un “te he dejado de querer”, “ya no siento lo que tendría que sentir”…Y es en este mismo momento es cuando el paciente acude a consulta y me suele decir…”no lo entiendo Érika, tienen que haber algo más”, “preferiría que hubiera otra persona, por lo menos lo entendería”, “no sé qué he hecho mal, si yo le quiero tanto y lo he hecho lo mejor que sé”. En ese mismo momento les explico que si una persona ha dejado de sentir ya es una razón con suficiente peso como para no continuar adelante.
Si nos fijamos por ejemplo cuando una persona va a un restaurante y come poco del plato, automáticamente el camarero nos dice: ¿No está a tu gusto? ¿Está poco hecho? Y le contestamos, no no, gracias, simplemente no quiero más… ¿Pero seguro estaba a su gusto?... Nos cuesta aceptar un no quiero más sin buscarle una justificación. Pues bien, en la pareja esto se traduce en un no te quiero más. No quiero que estés más en  mi camino de vida, no siento más….

Quiero aclarar que cuando hablo de dejar de sentir, no hablo de cuando se finaliza esa parte pasional del enamoramiento del principio, que obviamente esas emociones se transforman pero se siguen manteniendo de manera positiva, hablo de cuando ya lo que siento hacia ti es insuficiente o incluso lo que siento son emociones negativas que me hacen llegar a tomar la decisión de no querer continuar junto a ti.
Generalmente a una persona que le cuesta aceptar este tipo de ruptura es porque no se ha relacionado de una manera sana dentro de la relación de pareja y  ha habido una vinculación dependiente e incluso una pérdida de identidad, me olvido de quién soy yo para agradarte a ti. En otras ocasiones son personas que les cuesta mucho aceptar el sufrimiento y acuden a ti para minimizar ese dolor, otras personas simplemente quieren encontrar razones lógicas…

Pero sea el motivo que sea la persona tiene que saber que en toda ruptura hay que pasar por unas fases, ya que no deja de ser la pérdida de una persona. Lo primero es la fase de negación ( a mi no me puede estar pasando esto), luego pasamos a la fase de la rabia ( es que me parece increíble que pudiera hacerme esto, con lo que lo he querido y no sé como es capaz, no lo reconozco), luego se pasa a la tristeza (que pena me da que hoy era nuestro aniversario, generalmente en esta fase se deja de llorar y es una tristeza más profunda) y finalmente se pasa a la aceptación (acepto finalmente que mi vida sigue y que además tiene un sentido y una dirección aunque tu no estés en ella). Muchos autores hablan de la duración de este duelo y lo sitúan sobre los seis meses, pero a mi me gusta situarlo sobre el año donde para mí añadiría una quinta fase, la de la asimilación. Puedo hablar de nosotros sin sentir dolor, puedo pasar por un sitio y simplemente recordarlo sin sentir una emoción “negativa”…



En ocasiones cuesta mucho aceptar estas rupturas porque la persona sigue viva, y ello implica que pueda rehacer su vida, que me la vuelva a encontrar, que tenga que saber de la persona por obligación, (se comparte trabajo, amigos o incluso tenemos unos hijos en común) y esto en ocasiones ralentiza un poco el proceso de duelo.

Las relaciones de pareja están para disfrutar, para andar en una misma dirección, para respetarnos, demostrarnos afecto, confianza, y para convertirnos en grandes compañeros en el viaje de la vida. Pero no tenemos que sostener una relación por el hecho de que tenga que ser para toda la vida, o porque si le digo que lo dejo me dice que se quiere morir, o porque cada vez que intento dejarlo me dice que su vida sin mi no tiene sentido…estas relaciones nunca pueden funcionar ya que no están basadas en un amor sano. Yo siempre digo “te pueden querer mucho, pero quererte muy mal”.


Lo importante es quererte desde un vínculo adulto, desde un amor sano y aceptar que cuando una relación no está basada en una retroalimentación basada en el bienestar, tranquilidad y  felicidad, en ocasiones es mejor soltar y darte una nueva oportunidad para fluir de nuevo…

sábado, 6 de septiembre de 2014

La Disfunción Erectil se soluciona en el 95% de los casos



Cada vez en la consulta tenemos más casos de disfunción eréctil en personas más jóvenes. Lo que me hace reflexionar sobre los estados de ansiedad y de auto exigencia en los que vivimos, impidiendo así que disfrutemos de la sexualidad o de muchas otras áreas de la vida.
Todos sabemos qué es la disfunción eréctil o pérdida de erección pero ¿Qué es lo que la causa?
Las causas pueden ser tanto orgánicas como psicológicas, siendo esta segunda opción la más predominante.

Algunos de los factores precipitantes suelen ser:

·         Disfunción sexual previa
·         Problemas en la relación de pareja
·         Infidelidades
·         Expectativas poco razonables sobre el sexo
·         Estrés
·         Ansiedad
·         Depresión
·         Algún fallo esporádico
·         Edad..

Algunos de los factores mantenedores suelen ser:


·         Anticipación del fallo o miedo al fracaso
·         Culpabilidad
·         Falta de atracción entre los miembros de la pareja
·         Deterioro de la autoimagen
·         Información sexual inadecuada
·         Escasez de estímulos eróticos…

Todo hombre a lo largo de su vida pierde en algún momento la erección, nuestra respuesta sexual no funciona siempre igual, por lo tanto en la fase de erección puede y suele “fallar” en alguna ocasión. Supongo que ahora mismo algún hombre estará pensando bueno, que te pase una vez bien, pero..¿Por qué me ocurre más veces si no me había pasado esto antes?  Yo siempre les explico a mis pacientes que hay dos tipos de hombres, los que les ocurre y no le dan ninguna importancia y los que les ocurre y empiezan a  pensar..¿Y si me vuelve a pasar? ¿Y si tengo algo físico? ¿Qué pensará mi pareja? ¿Y si lo van diciendo por ahí? ¿Y si me dejan por esto? ¿Cómo me voy a poner un preservativo si cuando paro a ponérmelo pierdo la erección? …etc. Esta rumiación a nivel de pensamiento va aumentando los niveles de ansiedad y el miedo anticipatorio provocando que nuevamente se vuelva a perder la erección debido a que se afronta la siguiente relación desde lo que llamamos el rol del observador. El hombre comienza la relación haciendo un análisis de cómo esta su pene, de si tiene erección, de cómo es la erección y este nivel de atención hace que se olviden de estar relajados y de poder disfrutar de la sexualidad, por lo tanto la respuesta sexual se “apaga”.




El tratamiento es sencillo y efectivo sin necesidad de tomar medicación, salvo en el caso en el que realmente haya alguna causa orgánica. Durante el tratamiento se trabajan los pensamientos anticipatorios, la ansiedad y se mandan una serie de ejercicios para que el paciente de nuevo adquiera seguridad en sí mismo y se permita volver a disfrutar de la sexualidad. He querido recalcar esto ya que la medicación es una vía rápida que cada vez se está utilizando más cuando no es necesaria en la gran mayoría de los casos.

Me gustaría terminar con una frase de Paco Cabello que dice: “detrás de un pene hay una persona, a su lado una pareja y rodeados de un entorno” y sin actuar sobre el conjunto todo pierde valor, o al menos es un valor relativo.

Erika Alcolea Schott
Psicóloga y Coach
Martinez Bardají Psicologia y Salud
www.psicologiaycoaching-zaragoza.es

C/Alfonso nº28 
50003 Zaragoza


miércoles, 26 de marzo de 2014

DESEO SEXUAL mucho, poco o regular?- Como evoluciona en la pareja.


Cada día acuden más pacientes a consulta demandando mejorar su deseo sexual debido a que o lo tienen totalmente bloqueado o no hay sintonía entre su deseo sexual y el de su pareja.

Cada persona es un mundo y no existe una frecuencia sexual ideal, siempre y cuando haya un equilibrio y un bien estar entre los dos miembros de la pareja. Conforme avanza la relación es normal que el número de relaciones disminuya debido a la rutina, la monotonía, la llegada de los hijos, las discusiones, a que el príncipe comienza a dejar de ser príncipe y la princesa deja de ser princesa… La pasión del principio no se mantiene a lo largo de la relación pero se transforma en otra serie de emociones que también nos pueden aportar una unión fuerte y duradera a nivel sexual. El deseo sexual no es lineal, oscila a lo largo de nuestra vida y por estar en un momento en el que no siento el deseo sexual como antes no pasa nada, ¡no soy un bicho raro!

Sexualidad y Afectividad están directamente relacionados.  Cuando hablamos de un bajo deseo sexual  la afectividad se percibe como una amenaza a una posible relación sexual y por lo tanto se  acaba dejando de lado también el afecto; se evita cualquier caricia, beso o acercamiento para impedir la posibilidad de que eso desemboque en una relación.

Es importante cuando una pareja viene a consulta observar en ese momento cómo están, ya que en ocasiones la falta de deseo sexual sólo es la parte visible a los problemas que realmente están existiendo y que podemos ser o no conscientes de ellos.

El deseo sexual realmente es nuestra parte instintiva animal, pero si cada vez vamos teniendo menos relaciones sexuales y hacemos menos masturbaciones llega un momento en que la respuesta sexual queda bloqueada y con ello queda bloqueado el deseo.
 Este bloqueo los pacientes lo explican de la siguiente manera “Podría vivir perfectamente sin sexo”. Por esta razón es muy importante mantener en activo la respuesta sexual individual a través de las masturbaciones  ya que en el caso de que no lo hagamos y nuestra relación de pareja no vaya bien, o nuestra sexualidad en la pareja esté debilitada corremos el riesgo de que nuestro instinto quede dormido.



El instinto sexual se puede ver perjudicado por varias razones como pueden ser:

·        * problemas hormonales
·         *Fármacos
·     * Desinformación a nivel sexual: falta de experiencia y de conocimiento a nivel sexual, ideas irracionales que me impiden disfrutar de la sexualidad.
·      * Escasa comunicación sexual. Tenemos que saber y hablar mucho sobre sexo con nuestra pareja. Cada persona es diferente y cada persona es un mundo nuevo de exploración. Si no se qué le gusta a mi pareja y cómo le gustan las cosas tengo una mayor probabilidad de que mis relaciones sexuales se vuelvan aburridas.
·       *Rutina. Esta es algo en lo que es fácil caer y que tenemos que aprender a evitar. No podemos hacer siempre lo mismo, en el mismo sitio y a la misma hora… esto se vuelve aburrido. De vez en cuando es importante sorprendernos, hacer algo que el otro miembro de la pareja no espere, jugar, reírnos, explorar nuevas cosas y situaciones…
·    *Baja autoestima: generalmente cuando no me siento a gusto conmigo mismo me cuesta entregar o compartir mi cuerpo a o otra persona, ya que esto significa “desnudarme” ante la otra figura.
·   *Ansiedad y estrés. Este es un punto muy importante. Nuestra respuesta sexual queda totalmente bloqueada ya que no podemos disfrutar de algo cuando estamos sintiendo ansiedad. Esto es incompatible.
·        *Depresión: Con un estado de ánimo decaído o con sintomatología depresiva o en el periodo de transcurso de un duelo es muy difícil que nuestro apetito sexual no decaiga. Volvemos a la misma incompatibilidad que en un estado ansioso.
·        *Abusos sexuales: Si es un abuso que no ha sido trabajado y ha quedado en nuestra memoria como un recurso traumático es muy difícil que me pueda permitir disfrutar de la sexualidad debido a que cuando  voy a intentar tener una relación sexual hay un “programa mental” que me lo impide.
·        *La llegada de los hijos: es inevitable tener que aceptar que la llegado de un hijo va a cambiar nuestra vida sexual, nuestras relaciones sexuales suelen perder al principio la libertad del momento y son relaciones programadas. Pero es importante aunque sea de esta manera que se mantengan y no caigamos en el error de dejar la sexualidad para el escalón más bajo de toda nuestra escalera.

Para poder empezar un tratamiento es importante saber cuál es la causa de este bajo deseo sexual y desde ahí poner en marcha los recursos necesarios para que nos podamos sentir mejor con nosotros mismos y con nuestra pareja.


¡Nunca compares tu vida sexual con la de los demás! Como ya decían los anglosajones “la hierba del vecino siempre es más verde” (lo que no implica que sea así). 

lunes, 24 de febrero de 2014

Unas lineas sobre la ansiedad

La ansiedad  es una respuesta  de activación ante la anticipación  o la presencia  de un estímulo que puede resultarnos más o menos amenazante y que en niveles bajos resulta adaptativa, pero si aparece en periodos cada vez más largos con gran intensidad y/o con estímulos no amenazantes ya lo consideraríamos problemático o patológico.

Cuando una persona siente ansiedad, lo que más destaca de dicha experiencia es esa sensación de intenso malestar y los síntomas físicos que está experimentando: sensación de ahogo, naúseas, palpitaciones, temblores…Por este motivo, se le suele dar una mayor importancia a estos síntomas y no se tiene muy en cuenta los pensamientos que está teniendo la persona en ese momento. Sin embargo, el pensamiento juega un papel central en la aparición de la ansiedad!

Si un día determinado en una fiesta con mucha gente, tenemos esos síntomas de ahogo, nervios y angustia  y sentimos urgencia de huir y escapar, puede ser que otro día que estemos en otra fiesta nuestra mente empiece a generar pensamientos  del tipo: “Me va a volver a ocurrir” “no puedo respirar”…etc, lo que nos llevará a experimentar esos síntomas físicos que la mera situación por sí misma no genera y empecemos a coger miedo a acudir a fiestas o a sitios donde haya mucha gente.

Este es el mecanismo por el que suele actuar la ansiedad, y en él es crucial nuestra sensación de  no control y este diálogo interno que tenemos con nosotros mismos.

Los factores condicionantes y desencadenantes de la ansiedad pueden ser diversos: los relacionados con el ambiente, los familiares, genéticos, químicos…etc

La preocupación excesiva ante una situación ansiógena, genera aprehensión, manifestándose a través de dos tipos de síntomas:

a) Síntomas de la ansiedad psicológicos : nerviosismo, irritación, inseguridad, miedo a estar solo, dificultad para la concentración intelectual, agitación motora, insomnio, sobresaltos frecuentes, todos originados por ese grado de ansiedad que no desciende.

 b) Síntomas de la ansiedad físicos: los más comunes son, taquicardia, aumento de la frecuencia cardíaca, alteraciones en el reflejo pupilar, tensión y contracturas musculares , temblores, sudoración intensa, etc. Es importante aclarar, que no todos estos síntomas están presentes en el paciente que tiene ansiedad, pero sí algunos de ellos.

Con respecto al tratamiento, es fundamental lograr un diagnóstico y tratamiento precoz.
 En atención primaria todavía es difícil de diagnosticar en la práctica, pues los pacientes deciden acudir a consulta después de la aparición de complicaciones como depresión clínica o abuso de sustancias.


Entre las opciones de tratamiento disponibles se puede percibir un cambio en el estilo de vida, exposición al estímulo temido, razonamiento y cambio de pensamientos,  control del estrés, relajación, hipnosis..etc y el tratamiento farmacológico.